UN FUEGO QUE SE HA DE ENCENDER.
Se decían el uno al otro:
No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras.
Lucas 24:32 NVI
Un fuego para mantenerse encendido necesita estarle colocando más madera para que la llama no se apague, ósea que debemos cuidarlo, de lo contrario el propósito con que se encendió no se lograra.
Los seguidores de Cristo en el camino de Emaus experimentaron cuando Cristo se les acercó y les explicaba las Escrituras, su corazón ardía nuevamente.
Una relación con Dios cada día hace que avivamos el fuego de Dios, requiere disciplina, lectura de la Palabra, obediencia.
Pablo 2 Tim.1:6 le dice: Te aconsejó que avives el fuego del don de Dios que está en ti. Muchas veces las circunstancias difíciles de la vida nos pueden llevar a la tristeza, como los discípulos de Emaus y descuidarnos de tener la comunión con Cristo, que nos fortalece y nos anima a seguir adelante.
Así como en el Tabernáculo el fuego siempre estaba encendido, así nosotros debemos procurar que nuestro fuego del Espíritu Santo esté siempre avivado
Confiemos en nuestro pastor de nuestra alma para que Él encienda nuestros corazones mientras crecemos en Su Palabra.
Pasen un día bendecido🔥🔥
Dev. R.de L.
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